Manual de usurpadores.

Bienvenidos integrantes de la Tercera Oleada :

Las imágenes que estáis viendo a mi espalda corresponden a la Primera Ministra en las primeras horas de la mañana.

Es fundamental que estudiemos los movimientos y los gestos de cada uno de nuestros objetivos, eso nos permitirá unos resultados óptimos a la hora de sustituirlos. En este caso, como podéis ver, la Ministra se levanta haciendo evidentes gestos de cansancio a pesar de haber descansado durante horas. Es frecuente en esta especie.

Podemos detectar una primera actitud negativa que se irá suavizando a lo largo de la mañana. Es lo que los humanos llaman cambios de humor. No todos los humanos evolucionan igual a lo largo de la jornada. Cada objetivo sigue una pauta diferente, pero en este caso los despertares de nuestra Ministra son malhumorados. Observemos, la Ministra se acerca al espejo del baño. En todos los baños suele haber uno. Eso es la ducha, y eso el retrete. Luego os explico un par de cosas que debéis saber al respecto.

La ministra se cepilla los dientes con ese utensilio alargado a diario, No todos los humanos lo hacen, pero centrémonos en la mirada, ahora se mira fijamente a los ojos en la imagen reflejada. Busca una expresión, sin dejar de cepillarse los dientes ensaya una mirada alegre, otra dura, otra de sorpresa. Es frecuente. Los humanos gastan muchas energías en aparentar estados de ánimo contrarios a los reales, todos lo hacen, todos lo saben, pero se siguen el juego.

Hablemos del juego ya. Tenemos que ser capaces de diferenciar el juego de los humanos y el nuestro. Evidentemente nosotros vamos a lo que vamos, a suplantar una identidad que previamente hemos estudiado. En el transcurso de dicho estudio corremos el riesgo de entrar en el juego humano, comprender las debilidades, encariñarnos con nuestros futuros cuerpos o lo que es peor, encariñarnos con el cuerpo de otro humano. En este ligero matiz está la clave del fracaso de las dos primeras oleadas. Desafortunadamente estos fracasos han puesto sobre aviso a la especie y dificulta la labor de esta la Tercera Oleada. Debemos alcanzar unas cotas de efectividad muy elevadas para completar nuestra misión.

Volvamos a nuestro ejercicio. La ministra se dispone a dar los últimos toques a su aseo personal. Con esa pequeña brocha repasa con precisión cada una de sus pestañas. Se detiene. Explora sus facciones, ahora seguramente está evaluando los efectos del paso del tiempo, vuelve a ensayar una sonrisa, pero falla en el intento. Cuidado, estos momentos son especialmente peligrosos, la observación en detalle de estos pequeños gestos de debilidad suele producir cierta cercanía. Cuando estemos memorizando los gestos de nuestros objetivos nos encontraremos a menudo con estas situaciones, no olvidemos nunca que son objetivos, si logramos pasar esta prueba habremos triunfado.

Yo mismo he tenido que presenciar muchas veces estas imágenes de la Ministra y puedo asegurar que en ocasiones la fragilidad que desprende ha llegado a cautivarme. Sobre todo los pequeños detalles, que debemos analizar profundamente, convierten a los humanos a veces en seres encantadores... Sí, he dicho encantadores, quiero decir que a veces he sentido leves deseos de rozar el pelo de la Ministra con la punta de los dedos. ¿Qué son esas risitas? ¡Así exactamente se reían vuestros compañeros de las anteriores oleadas! Si, los mismos que no volvieron. Queda suspendido el entrenamiento por hoy, no les quepa duda de que informaré a la superioridad. Vaya mierda de invasión, Me está empezando a tocar los cojones.

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