Proyecto Génesis

Llega uno con pinta de saberlo todo.
–Señoras y señores: El mundo se acaba. La cuenta atrás ha comenzado. Es la triste realidad. Hace tiempo que lo sabíamos y hemos seguido y seguido y seguido. La hemos cagado.
La multitud se decepciona:
-OOOOOOOH.
Pero no está todo perdido. El Proyecto Génesis está en marcha y puede dar otra oportunidad a la humanidad. Aquí, en la Gran Explanada, se encuentra el dispositivo, la nave, el arca o como lo queráis llamar. Cuando la cuenta atrás termine subirán los elegidos y la humanidad se salvará.
La multitud se esperanza:
–AAAAAAAH.
Llega otro que se encoge de hombros.
–A la vista salta que la nave es gigantesca, pero también es evidente que no vamos a caber todos. Yo propongo que nos subamos nosotros, los que estamos aquí porque somos los únicos que nos hemos preocupado por la situación y nos hemos dado cuenta de que algo va mal.
Llega otro con pinta atlética.
–Vamos a ver, los que se suban tendrán que empezar de cero y repoblar la tierra. Es evidente que tendrán que subir los cuerpos más desarrollados. Propongo que se llene la nave de deportistas de élite. Si queréis podemos organizar unas Olimpiadas aquí mismo en la explanada y los campeones de cada especialidad van subiendo diréctamente a la nave.
Llega otro con pinta intelectual.
–Lo del cuerpo está muy bien ¿Pero la mente? Yo creo que deben subir los científicos e intelectuales. Nuestra esencia no está en el músculo, sino en el cerebro. Se impone la necesidad de celebrar un concurso de curriculums con unas posteriores votaciones populares para elegir a los mejores representantes de nuestra especie.
Llega otro con pinta de artista.
–No vais descaminados, yo también creo que deben subir a la nave unos representantes escogidos. Pero esta vez no vais a dejar a los artistas atrás. Ese es el gran error que queréis repetir. Tanto cuerpo y tanta mente pero os olvidáis del alma. A la hora de elegir a los que subirán os ruego que tengáis en cuenta a los artistas.
Llega otro con pinta de político.
–Aquí hoy se está hablando de elegir representantes, votaciones y elecciones. No hay que olvidar que los políticos somos especialistas en ser elegidos. Siempre hemos sido representantes del pueblo y en este caso extremo tenemos el derecho y el deber de presentarnos a las elecciones por la salvación.
Llega otro con pinta de locutor deportivo.
–Yo creo que la cosa está clara: aquí lo que podemos hacer es una selección de los mejores de cada área y elegir a una buena representación de la humanidad pero…¿Qué veo? Por ahí se acercan unos señores trajeados con maletines. Míralos, son los poderosos, los Señores del Dinero, los que mandan de verdad. No son los más conocidos, ni los más inteligentes, ni los más atléticos, ni los más jóvenes, pero está claro que son los amos del cotarro. Se han esperado hasta el último momento para abandonar sus valisísimas posesiones. Los tenemos que escuchar ahora que la cuenta atrás está acabando. ¿Qué hacen? Entran directamente en la nave. Era de esperar. Son los que mandan, los que han mandado siempre. Los deportistas hacen el pasillo a los dueños de sus sponsors, los científicos se apartan ante los que pagan sus proyectos, los artistas miran para otro lado y los jóvenes preocupados silban y protestan como siempre. Tenemos que aceptar que son ellos los que van a subir a la nave, aunque queda un poco feo que no se paren a explicar sus razones. Ni se despiden. Ellos nos meten en el lío y son los que se salvan. Así son las cosas, qué les vamos a hacer. Ahí va el futuro de la humanidad. La cuenta atrás está acabando…

–CINCO…
–CUATRO…
–TRES…
–DOS…
–UNO…
–¡Pof!

–¿Qué ha pasado? ¡La nave se ha desintegrado! El pedazo más grande es del tamaño de una uña… ¿Qué será ahora del futuro de la humanidad?

Vuelve el listillo del principio.
–Señoras y señores, el Proyecto Génesis ha sido un rotundo éxito. Tenemos una nueva oportunidad. Vamos a intentar no cagarla esta vez.

FECHAS

El hombre grande siente la nieve crujir bajo sus pies. Van acercándose
desde todas partes amigos, compañeros, gente pequeña llena de amor, lo
rodean, lo abrazan. Abrazo colectivo, siente nuestra fuerza, nuestro
calor, estamos contigo ¿lo sientes? Estamos juntos en esto. Lo harás
de maravilla, como siempre, estamos orgullosos de ti.

El hombre grande ya lo sabe, lo siente, asiente y no se demora. Sube
al trineo y se despide con un “hasta ahora”. Le despiden con la mano
levantada.

La gran aventura es un abrir y cerrar de ojos, chimeneas, calcetines,
árbol, regalos, chimeneas, calcetines, árbol, regalos. Todo es rápido,
vertiginoso, mágico.

Sólo cuando junto al calcetín hay un plato con una taza de chocolate y
alguna galleta se ralentiza un  instante. No puede evitar oír el
mensaje que los dedos de niño dejan en el plato. Esto es para ti, para
que repongas fuerzas, te quiero.

Escuchar los mensajes es parte de la misión. Los pequeños corazones
parecen tener un amplificador, a veces los mensajes son
ensordecedores. Las galletas son para los renos, el licor para que
entres en calor, he pensado en ti todo el año, incluso en verano. Oh
chico, se que la intención es buena, pero.

Es capaz de renunciar a las primeras copas, muchas,  pero la lista es
tan larga, y tantos niños quieren que el hombre rojo entre en calor.

Va en su naturaleza, es incapaz de hacer tanto desprecio, el primer
trago de licor se produce cuando ya va por la mitad de la lista. Este
año se ha sentido fuerte.

Baja como una medicina mágica, se despierta el verdadero espíritu
navideño. Son tantos vasitos, también hay chocolate, y leche, para los
renos, que también tienen derecho.

Los renos saben qué hacer. Se entienden con una mirada.

Todo va más rápido. Todo es tan fluido, tan instintivo, la chimenea,
el árbol, el calcetín, el licor, el regalo, jo, jo, jo.

 Una vez más, la rutina es confortante, los ejes se engrasan,
resbalan, todo fluye y el trineo cada vez más ligero, que noche, que
noche, feliz navidad a todos. Os quiero. Ops, he tropezado, estoy
bien, estoy bien.

Ya no hay frío cuando vuelve a casa. Fin de la aventura, satisfacción
por el trabajo bien hecho. El hogar, ya estoy aquí, donde mi chocolate
caliente, vamos, donde mis sesiones de grupo, he vuelto a caer, pero
tengo todo un año para volver a rehabilitarme.

Van acercándose desde todas partes amigos, compañeros, gente pequeña
llena de amor, lo rodean, lo abrazan.

Abrazo colectivo, siente nuestra fuerza, nuestro calor, estamos
contigo ¿lo sientes? Estamos juntos en esto. Lo harás de maravilla,
como siempre, estamos orgullosos de ti.