el viejo Bradbury

A veces estoy leyendo cualquier cosa y me dan ganas de leer en voz alta a quien esta a mi lado. Un párrafo, una estrofa. En esos momentos no puedo entender que esa persona que está cerca tenga algo mejor que hacer. Suelen estar ocupados, pero me escuchan porque entonces suelo ser insistente. Leo lo que sea, a veces se me quiebra un poco la voz pero no se dan cuenta.
Me dicen que muy bien, me preguntan de quien es, me miran a la cara, sonrien y siguen a lo suyo.
Pero yo ya lo he leído.Me quedo más tranquilo y sigo con la lectura. O no, porque me preocupa que solo me pase a mí. Y me dan ganas de preguntar ¿nunca has sentido algo que te obliga a leer algo en voz alta? Unas palabras que no te dejan en paz hasta que no las has compartido con cualquiera. ¿Nunca te has puesto a escribir porque tienes las tripas negras? Cosas que hay que escribirlas o no te dejan en paz. No me lo creo. No me puede pasar sólo a mi. Seguro que a todo el mundo le pasa, pero nos controlamos. No me puedo imaginar que todo el mundo se pusiera a leer en voz alta, o a escribir en cualquier sitio. Sería algo extraño. O no, ya no se que pensar.
Puestos a fantasear, ya me gustaría que a alguien le dieran ganas de leer en voz alta o de escribir en cualquier papel, cualquier teclado, la esquina de un pupitre. Vamos, seguro que se te ocurre algo, cualquier cosa que te ronde por la cabeza desde hace unos días o desde siempre. Seguro que si miras alrededor hay un lápiz, un teclado, un megáfono. Alégrame el día.

2 comentarios:

El Bernar dijo...

Ray ha muerto. Larga vida a Ray.

Lucy dijo...

yo lo hago, leo en voz alta y pienso lo que escribes ahí, y a veces escribo en cualquier lado, cosas sueltas para que no se me olviden.