A veces pienso que no puedo hacer nada.
Ni solo ni acompañado.
Pero se me pasa, porque la revolución es de banda ancha.
Y todos caben. Los ricos y los feos.
Caben los tontos, los indefinidos.
Caben los cobardes, los enamorados,
las putas caben, y sus hijos
caben los que creen y los que dudan.
Los parados caben, por muchos millones que sean
El diablo mismo cabría si quisiera.
Yo quepo.
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